Las microcuencas "Negarim" (negarim microcatchments, micro-bassins) son estructuras de forma cuadrada o romboidal, rodeadas por pequeños caballones de tierra y con un hoyo de infiltración en el vértice inferior de cada una de ellas, en el que se sitúa la planta. Las microcuencas se han utilizado siempre para la plantación de frutales, puesto que fueron diseñadas especialmente para la instalación de árboles. También han sido empleadas para el establecimiento de especies forestales, aunque con menores espaciamientos. En nuestro país, esta técnica fue introducida a nivel teórico y experimental pero no se han realizado con ella repoblaciones a gran escala. El inconveniente principal de aplicación en restauración forestal no es técnico, sino económico. A pesar de que la realización de los hoyos se puede mecanizar, la construcción del caballón perimetral de tierra que define las microcuencas sólo puede construirse de manera manual, lo que supone un encarecimiento sustancial de la obra. No obstante, este incremento en los costes queda plenamente justificado en zonas muy secas, debido a la cantidad de agua que se logra recoger.
Dimensiones recomendadas: 9 a 36 m2, con caballón de 25 a 55 cm. Superficies mayores dan densidades de plantación muy bajas.
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