jueves, 27 de octubre de 2011

Desertificación: La degradación de ecosistemas en zonas áridas y sus consecuencias sociales

"El bosque precede al hombre y el desierto le sucede". Esta conocida frase de F. R. de Chateaubriand, resume en pocas palabras la magnitud de este enorme problema ambiental que es la desertificación[1].
La desertificación es, según la definición original de Aubreville[2], un proceso complejo que reduce la productividad y el valor de los recursos naturales, en el contexto específico de condiciones climáticas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, como resultado de variaciones climáticas y actuaciones humanas adversas. Se trata por lo tanto de la degradación de las tierras[3], es decir, de la reducción o pérdida de la productividad biológica o económica y la complejidad de las tierras agrícolas, las dehesas, los pastizales y los bosques, producida por los sistemas de utilización de la tierra o por un proceso o una combinación de procesos, incluidos los resultantes de actividades humanas y pautas de poblamiento, tales como:
-La erosión del suelo causada por el viento o el agua
-El deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas o de las propiedades económicas del suelo o
-La pérdida permanente de vegetación natural.
La voz “desertificación” fue recogida por primera vez en el diccionario de la RAE en 2001. Se trata de una palabra procedente de la literatura francesa e inglesa, cuyo origen lo encontramos, como he dicho, en el libro titulado “Climats, fôrets et désertification de l’Afrique tropicale” de André Aubréville (1949), un botánico forestal francés especializado en selvicultura africana. Aunque en España ya se utilizaba con anterioridad la palabra desertización con el mismo significado, léase para comprobarlo, por ejemplo, al geógrafo Emilio Huguet del Villar[5]. Actualmente suele emplearse la palabra “desertificación” cuando la degradación de las tierras tiene origen humano y natural, mientras que “desertización” se utiliza cuando ésta se debe exclusivamente a agentes naturales.
Los ecosistemas secos, y por lo tanto amenazados por la desertificación, ocupan el 41 % de la superficie terrestre (Figura 1, Tabla 1) y en ellos vive el 35 % de la población mundial. Más de 110 países están afectados por el problema, entre ellos los países del Mediterráneo y entre ellos España. En nuestro país, unos 10 millones de hectáreas presentan un riesgo de desertificación alto o muy alto.
En las últimas décadas, la degradación de estos ecosistemas, acelerada al menos en parte por las sequías extremas, ha alcanzado niveles muy alarmantes, sobre todo por las consecuencias sociales de pobreza y migración. Como desgraciado ejemplo tenemos la crisis alimentaria en el llamado Cuerno de África .

Notas:
[1] Puede encontrarse más información sobre el tema en el blog Hidrología y Conservación (http://ghidrologia.blogspot.com)
[2] Aubreville (1949)
[3] Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (1994)
[4] Martínez de Azagra (2010)
[5] Huguet del Villar (1921)


Este es un extracto de la lección inaugural de la Universidad Católica de Ávila (26-10-2011), cuyo texto completo se puede descargar de la sección "biblioteca" de este blog o pinchando aquí.

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