Siempre hay que acudir a los clásicos. En este párrafo que Ricardo Codorníu escribió en 1898, se sintetiza de manera ejemplar el papel de los diques y de las repoblaciones forestales en las restauraciones hidrológico-forestales.
“No terminaré sin consignar que aunque los diques sean siempre útiles en terreno montañoso, porque detienen las aguas e impiden que se acumulen en la avenida los máximos de los diversos afluentes, formando inmensa ola, contra la que no hay defensa posible, el forestal debe ser muy parco en construirlos, ya que análogos efectos produce el repoblado, pues retiene aún mayores cantidades de agua, favoreciendo en alto grado su filtración y el enriquecimiento de las fuentes. Por consiguiente, donde no sean indispensables para contener deslizamientos de terrenos y arrastres de piedras, o para evitar erosiones capaces de impedir el desarrollo de la vegetación arbórea, es preferible emplear su importe en repoblaciones que, en vez de exigir gastos de conservación, dan apreciables productos, aumentan notablemente la riqueza del país y contribuyen al bienestar de los pueblos próximos, aparte de los beneficios que obtiene la agricultura”.
Codorníu, R.M.; 1897, 1898. La sierra Espuña y su repoblación forestal. Revista de Montes, 498: 530-538, 499: 561-566 y 606-611, 501: 633-637, 502: 661-663, 512: 233-236, 513: 261-265, 297-300 y 378-380 (artículo publicado por partes).
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