lunes, 20 de julio de 2009
La hidrología y la restauración forestal en el 5º Congreso Forestal Español
Hay dos mesas temáticas en el 5º Congreso Forestal Español, que se celebrará en Ávila del 21 al 25 de septiembre, que tienen relación con el tema de este blog. La MT 3 trata de la "Conservación y mejora de recursos genéticos y restauración forestal", y la coordina Rafael Zas Arregui (CSIC, Pontevedra). Y la MT 5 titulada "Montes y agua, el papel de la hidrología forestal" cuyo coordinador es Juan Carlos Giménez Fernández (profesor de hidrología de la Universidad de Extremadura). Nadie es profeta en su tierra.
lunes, 13 de julio de 2009
Restauración hidrológico-forestal en Tórtoles
En el pequeño pueblo de Tórtoles (Ávila) se realizó hace unas décadas (aún desconozco la fecha exacta) una restauración hidrológico-forestal en las laderas situadas sobre el pueblo. Consistió en la repoblación forestal y la construcción de más de una docena de diques de gaviones.
Situación de dos de los varios barrancos formados en las laderas de Tórtoles. Algunos de ellos, fuera de la foto, se sitúan justo por encima del pueblo.
Situación de dos de los varios barrancos formados en las laderas de Tórtoles. Algunos de ellos, fuera de la foto, se sitúan justo por encima del pueblo.
domingo, 12 de julio de 2009
Bomba eólica
En la foto se observa una bomba eólica en una finca ganadera de Colonia (Uruguay). El mecanismo consigue elevar el agua de un pozo mediante un mecanismo de accionamiento eólico. Puede encontrarse información sobre este sistema en el Boletín FAO de Irrigación y Drenaje nº 50 (1994). En España aún pueden verse muchas, pero me da la impresión que cada vez menos. Conozco una bastante bonita en Los Negrales (sierra de Madrid).
lunes, 6 de julio de 2009
La Gomera: montes y agua
Este es el título de un curso de verano, que aborda el estudio de los recursos hídricos y ambientales de la Gomera desde varias perspectivas, la técnica, económica y la social. Para ello se aborda el estudio de los aspectos ambientales y sociales que han caracterizado a la Gomera en los últimos años, como son el estudio de sus recursos hídricos, su aprovechamiento mediante presas y galerías, las medidas de protección de su territorio y sus montes, su singular agricultura. El agua como elemento imprescindible del medio natural participa de los valores sociales que los habitantes de ese medio le atribuyen. Las características de las actividades agrícolas y forestales de la isla han condicionado la percepción de los valores sociales del agua por sus habitantes Todo ello ha generado en los habitantes de La Gomera un impacto social y medioambiental que se expone y se estudia en el presente curso de verano.
El director del curso es Juan Carlos Santamarta, de la Universidad de La Laguna.
El director del curso es Juan Carlos Santamarta, de la Universidad de La Laguna.
miércoles, 1 de julio de 2009
Recolección de agua...¡por una planta!
La planta, conocida localmente como ruibarbo del desierto, Rheum palaestinum, es común en los desiertos de Israel y Jordania, y tiene la peculiaridad de que con sus hojas canaliza el agua de lluvia hacia las raíces. De acuerdo con los investigadores Simja Lev-Yadon, Gidi Neemán y Gadi Katzir, de la Universidad de Haifa (norte de Israel), este tipo de ruibarbo puede absorber hasta 16 veces más cantidad de agua que las plantas que crecen en su medio. «Se trata del primer caso a escala mundial de una planta que se autoirriga. No conocemos otra que funcione de esta manera», ha explicado el botánico Gidi Neeman. Los tres científicos se percataron hace años del gran tamaño de las hojas, inusual en zonas desérticas, y decidieron estudiar su morfología y cómo afectaba al óptimo desarrollo y florecimiento de la planta. El ruibarbo crece en Israel en las montañas del desierto del Negev (sur del país), donde las precipitaciones son particularmente bajas, 75 milímetros anuales. A diferencia de otras especies de la misma zona, que tienen pequeñas hojas para minimizar la pérdida de humedad, las rosetas de una a cuatro hojas del ruibarbo pueden alcanzar un diámetro de un metro, dispuestas a modo de paraguas para mejorar la recolección de las escasas lluvias.En el mecanismo de auto-irrigación juega un papel primordial una cutícula de cera en sus hojas que repele el agua de lluvia, haciéndola fluir directamente hasta la raíz principal y concediéndole reservas extras a la planta para su florecimiento.
Flora of Israel on line
La investigación reveló, además, una excepcional estructura de surcos en las hojas que recuerda, al verla de cerca, la topografía de una cordillera de montañas. Los científicos han explicado que estas profundas y anchas ranuras en las hojas funcionan como un sistema de canalización de aguas similar al de una depresión montañosa y a través de la cual la planta redirige el agua. Otras plantas se sacian, simplemente, con el agua de lluvia que cala en el suelo a su alrededor. «Estas características permiten a la planta florecer en condiciones de extrema aridez, y con unas características similares a las plantas del clima mediterráneo, porque absorbe cantidades de agua similares», ha destacado el investigador.Los experimentos y análisis para descubrir el proceso de crecimiento demuestran que el ruibarbo del desierto puede llegar a captar 43,8 litros de agua, en lugar de los 4,2 de otras plantas. Al probar el mecanismo de irrigación, los investigadores verificaron que el agua corría por los profundos surcos de sus hojas hasta centrarla en torno a la raíz y entraba hasta una profundidad de más de 10 centímetros.«En la misma zona, sin volcarla sobre la planta, el agua no llega a más de un centímetro», ha subrayado Neemán. Según el científico, «los resultados demuestran que un proceso de adaptación natural ha resultado en la evolución de la planta para desarrollar grandes hojas, mejorando su habilidad para sobrevivir en el árido clima del desierto». En verano, el ruibarbo, como otros vecinos suyos, entra en estivación, de la que despierta cuando bajan las temperaturas.
Fuente: EFE, MADRID+D
Flora of Israel on line
La investigación reveló, además, una excepcional estructura de surcos en las hojas que recuerda, al verla de cerca, la topografía de una cordillera de montañas. Los científicos han explicado que estas profundas y anchas ranuras en las hojas funcionan como un sistema de canalización de aguas similar al de una depresión montañosa y a través de la cual la planta redirige el agua. Otras plantas se sacian, simplemente, con el agua de lluvia que cala en el suelo a su alrededor. «Estas características permiten a la planta florecer en condiciones de extrema aridez, y con unas características similares a las plantas del clima mediterráneo, porque absorbe cantidades de agua similares», ha destacado el investigador.Los experimentos y análisis para descubrir el proceso de crecimiento demuestran que el ruibarbo del desierto puede llegar a captar 43,8 litros de agua, en lugar de los 4,2 de otras plantas. Al probar el mecanismo de irrigación, los investigadores verificaron que el agua corría por los profundos surcos de sus hojas hasta centrarla en torno a la raíz y entraba hasta una profundidad de más de 10 centímetros.«En la misma zona, sin volcarla sobre la planta, el agua no llega a más de un centímetro», ha subrayado Neemán. Según el científico, «los resultados demuestran que un proceso de adaptación natural ha resultado en la evolución de la planta para desarrollar grandes hojas, mejorando su habilidad para sobrevivir en el árido clima del desierto». En verano, el ruibarbo, como otros vecinos suyos, entra en estivación, de la que despierta cuando bajan las temperaturas.
Fuente: EFE, MADRID+D
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