martes, 31 de octubre de 2017

Duna fósil de Plentzia



La acción del viento sobre la playa que se extiende al fondo de la bahía de Astondo ha dado lugar a la formación de un extenso campo de dunas que se adentra en dirección al municipio de Gorliz y que se acomoda en la vaguada del arroyo Txatxarro. Dentro de este conjunto arenoso eólico destacan unas dunas cementadas situadas en la zona norte ocupando la ladera de Astondo y la superficie alrededor del Sanatorio de Gorliz. 

Este campo dunar forma parte del complejo sedimentario original asociado a la desembocadura en la bahía del estuario del río Butroe. La base de esta acumulación detrítica descansa sobre un flysch margocalizo de edad Cretácico superior y dentro de las dunas han sido identificados 3 niveles diferentes. El nivel más inferior está constituido por lutitas arenosas muy compactas, de color pardo y gris que presentan caparazones de gasterópodos terrestres y foraminíferos de ambientes litorales abiertos y restringidos. 

Por encima aparece un nivel de arenas biogénicas cementadas de color amarillo-naranja que presentan estratificaciones cruzadas de gran tamaño con un ángulo moderado. Estas arenas están compuestas por bioclastos de tamaño medio y grueso (fragmentos de bivalvos, gasterópodos y foraminíferos principalmente) muy bien clasificados, y un menor contenido en cuarzo. Todos estos elementos se encuentran unidos por un cemento carbonatado de tipo menisco que confiere una mayor dureza a este nivel, resaltando así en el campo donde aparece en un frente de 150 m de longitud. Esta roca dunar consolidada (eolianita) presenta una edad por radiocarbono de 6.020-5.710±50 años BP. 

Su elevada porosidad permite el desarrollo de un acuífero que abastece al Sanatorio Marítimo situado sobre este depósito. El nivel suprayacente está compuesto por arenas finas y medias de color gris-amarillento y de composición fundamentalmente cuarcítica. Estas arenas sueltas constituyen una gran extensión de dunas remontantes vegetadas que pueden encontrarse hasta 40 m sobre el nivel del mar acomodándose directamente sobre el sustrato ladera arriba hacia el núcleo urbano de Gorliz.

Fuente del texto enlace

Fotografías: María del Monte Maíz

viernes, 27 de octubre de 2017

El canal de drenaje de Cuenca de Campos

Al visitar Cuenca de Campos, en la Tierra de Campos vallisoletana, el hidrólogo se encuentra algo que puede pasar desapercibido. Parece que el nombre del pueblo se debe a su posición topográfica, en una depresión del terreno. Es posible que debido a esta situación, la localidad se inundara con cierta periodicidad, por lo que en 1798 se construye un canal colector -conocido como la Ría- para resolver estos problemas. El diseño técnico se debió a los arquitectos Vicente Rodríguez y Fernando Sánchez Pertejo, nombrados por el Consejo Real.

El canal tiene dos ramales que, partiendo desde el oeste, rodean al pueblo hasta desaguar en el arroyo de la Villa. Se complementa la obra del cauce con una serie de puentes, muros y calzadas, utilizándose para ello piedra caliza del castillo de Montealegre, que se colocó en los muros, roscas de los arcos y guardaruedas, con mampuesto amasado con cal y arena para los rellenos. El importe fue de 118.662 reales.

No fue, sin embargo, eficaz la obra en la tarde del 11 de junio de 1874, cuando una tormenta arruinó 95 casas y se llevó la vida del niño Máximo Vázquez, que fue arrastrado por la corriente mientras trataba de recuperar la gorra que se le había caído al agua.

Como propuesta, sería interesante mejorar la vegetación arbórea que acompaña el canal, consiguiendo una interesante diferenciación paisajística, en estos terrenos dominados por formas horizontales que caracterizan la comarca. No hay que olvidar que Cuenca se encuentra entre Villalón y Medina de Rioseco, en un recorrido que siguen numerosos turistas de interior, atraídos por la oferta fomentada por la Diputación Provincial. 

Fuente: Ernesto Escapa. "Tierra de horizontes. Viajando por la provincia de Valladolid". Diputación de Valladolid. 2000.









jueves, 26 de octubre de 2017

More dust or more drinking water

The area around Salt Lake City, UT, is one of the fastest-growing places in the country. It currently has about two million people—almost two-thirds of the state’s population—and that number is expected to double in the next 30 years. It’s also running short of water. The state has a possible solution, but many residents, businesses, and environmental groups say the price is far too high.

Electric grids are evolving rapidly, disrupted by regulatory changes, distributed generation, renewable portfolio standards, and evolving technology. Energy storage is uniquely positioned at the heart of all of this change. Download Greensmith Energy's White Paper to learn more about improving economics and demystifying energy storage systems.

The Bear River meanders into Utah from Idaho and Wyoming and is the single greatest tributary of the Great Salt Lake. State engineers are proposing diverting up to 20% of the river’s flow—as much as 72 billion gallons—to supply the growing need for drinking water. Although Salt Lake City’s water supply is stable for the moment, many are looking ahead to future demand and are figuring out how to pay for the project, which will cost somewhere in the neighborhood of $1.5 to $2 billion.  

There’s another cost, though; diverting that much water will cause the Great Salt Lake to shrink by about a foot. It has already been shrinking for the past 150 years as agriculture and growing cities claim more and more water, exposing hundreds of square miles of fine silt that blows away in the wind, reducing air quality. If the proposed diversion project goes ahead, some say that 30 more square miles of lakebed will be exposed and wetland habitats will be destroyed.

The area already experiences severe dust storms. During a particularly long-lasting storm in 2010, as this article describes, PM 2.5 levels in Ogden, some 40 miles north of Salt Lake City, were measured at 90.8 micrograms per cubic meter. Levels in Salt Lake City were just over 250 micrograms. EPA says anything higher than 35 micrograms is unhealthy. If the lake level drops further, the region can expect more such storms—more frequent, more intense, and possibly of longer duration.

Utah might take a lesson from another western state. California’s Owens Lake dried up in the 1920s as water was diverted to supply Los Angeles, leading to decades of dust storms, lawsuits, and mitigation efforts. As with the Great Salt Lake, the sediments left behind as the water receded are salty and don’t support much vegetation to anchor the soil. Today, a program is in place to return a bit of water to Owens Lake—just enough to create a shallow pool that reduces the dust.

If the diversion of the Bear River goes ahead, what mitigation plans might be possible to counteract dust from the newly exposed areas of lakebed? Or should the state pursue other solutions instead—limits on development? Stricter water conservation measures? Share your thoughts in the comments.

Janice Kaspersen
Enlace

Vertisol

Os dejamos unas imágenes de un vertisol localizado en Monterrubio de Armuña (Salamanca).

Un vertisol es un suelo que presenta alto contenido en arcillas expansivas (montmorillonita), lo que le confiere unas propiedades muy especiales, que pueden consultarse en este enlace.

Por ser suelos muy arcillosos presentan una baja capacidad de infiltración. En este caso, el suelo aparece en una zona encharcable, que da lugar a pequeñas lagunas o "navas" en las épocas del año más lluviosas.









lunes, 9 de octubre de 2017

Charla sobre D. Benito Ayerbe

Como último acto de los que ha promovido el Colegio de Ingenieros de Montes en Aragón para conmemorar el centenario del fallecimiento del ilustre Ingeniero de Montes D. Benito Ayerbe Aísa (1872-1917), se celebrará una conferencia el próximo lunes, 16 de octubre, a las 20 horas, en la sede del Ateneo de Zaragoza (Calle San Voto, 9, 1º dcha., Zaragoza), con el título “Los Ayerbe: tres Ingenieros de Montes aragoneses y su aportación a la hidrología forestal”, que pronunciará Ignacio Pérez-Soba.

La conferencia presentará una síntesis biográfica y técnica de una saga familiar de Ingenieros de Montes aragoneses (Pedro Ayerbe, Benito Ayerbe y José María Ayerbe), que realizaron una destacada y pionera aportación a la hidrología forestal española durante los dos primeros tercios del siglo XX (1901-1972). Se analizarán sus muy destacados trabajos de corrección de torrentes y de aludes en el Pirineo aragonés: en la cuenca alta del río Gállego, en las cercanías del pueblo de Canfranc y sobre todo las grandes obras de defensa de la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc contra aludes y avenidas torrenciales.